También he aprendido a vivir con más calidad de vida.
Hoy salgo y entro de tu regazo a voluntad, te dirijo y te manejo con destreza, eres para mi una magnífica herramienta, pero ahora quiero más. Me has enseñado mucho y he aprendido mucho de ti, y contigo. Casi me has embrujado. Llegue a pensar que, como a muchxs que padecen algún grado de movilidad reducida les ocurre, solo tu serías mi único modo de desplazamiento de por vida. Al tiempo, y de golpe me apareció una alternativa, caminar, poder moverme y desplazarme de otra forma. Las prótesis han llegado a mi vida y voy a serte infiel. Quiero probarlas y probarme, quiero sentir esa nueva forma de desplazarme, quiero vivir intensamente esa nueva relación.
Querida silla, te querré siempre y te tendré siempre respeto, tu fuiste la primerad y eso jamás lo olvidaré. Te pido que me dejes intentarlo y si funciona, que ese es mi deseo, que aprendamos a convivir los tres en fantastica armonía, os necesito a las dos y os quiero tener comigo. Por cierto voy a mejorar tus prestaciones y colocarte un pequeño motor, creo que nos lo merecemos ambos. Te quiero. (Es una carta a mi silla de ruedas y estará dentro de mis memorias de un diabético. Dame tu opinión por favor)
No hay comentarios:
Publicar un comentario